lunes, 8 de septiembre de 2008

NI TU, NI YO, SOMOS LO MISMO


El Buda fue el hombre más despierto de su época. Nadie como él comprendió el sufrimiento humano y desarrolló la benevolencia y la compasión.

Entre sus primos se encontraba el perverso Devatta, siempre celoso del maestro empeñado en desacreditarlo e incluso matarlo.

Cierto día que estaba el Buda paseando tranquilamente, Devatta, a su paso, le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina, con la intención de acabar con su vida. Sin embargo la roca solo cayó a un lado del Buda y Devatta no pudo conseguir su objetivo. El Buda se dio cuenta de lo sucedido y permaneció impasible, sin perder una sonrisa de sus labios.

Días después, el Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido Devatta le preguntó: -¿No estás enfadado Señor?-

-No, claro que no-

Sin salir de su asombro inquirió: -¿Por qué?-

Y el Buda dijo: -Porque ni tu eres el que ya tiró la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada.

El Maestro dice: -Para el que sabe ver todo es transitorio, y para el que sabe amar todo es perdonable.

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