viernes, 19 de septiembre de 2008

DEBEMOS CREER


Que con ternura, un cuerpo y un corazón sin vida; pueden volver a latir.

Que "la casualidad" nos une a seres que acrecientan nuestra esperanza.

Que no debemos poner limitaciones a los sueños por realizar.

Que nos han enseñado a dar y no sabemos recibir con generosidad.

Que la paciencia es la que mantiene la esperanza.

Que nunca es tarde para arrepentirse y pedir perdón.

Que al sentir una mirada, un corazón enamorado puede embriagarse.

Que sí se puede aprender a confiar nuevamente.

Que yo no puedo enseñarte lo que no tengo; pero sí podemos intercambiar lo que sabemos.

Que hay que decir lo que se sienta, hacer lo que se piensa, y dar lo que se tenga.

Que cuando un amigo se va, es que ha realizado la función por la que estaba en nuestra vida.

Que la desconfianza nos hace no salir a la ventana para ver quién llama.

Que es de sabios saber cuando hablar y cuando callar.

Que las palabras jamás se podrán recoger una vez que han salido de nuestra boca.

Que hay que pensar muy bien antes de hablar, calmarse cuando se esté airado, resentido y hablar sólo cuando se esté en completa paz.

Que hay un lugar en el corazón donde habita la esperanza y es en ese lugar de nuestro corazón donde encontramos el calor necesario para sufragar las noches solitarias de recuerdos y desengaños.

Que aún hay esperanza. 

Que si hacemos y vivimos de acuerdo a nuestro corazón, si damos lo mejor de nosotros cada instante de nuestra vida, si amamos desinteresadamente, si hacemos a los demás lo que nos gusta o deseamos que nos hagan a nosotros; este mundo en el que vivimos puede cambiar.

Que la vida es hermosa. Que nos llena de oportunidades para sentirnos felices de estar vivos.

Que nunca es tarde para comenzar de nuevo, para hacer caminos, para lograr que todos vivamos dignamente y en paz.

Que sin Dios nada somos, nada seremos y nada lograremos, debemos dejar que El tome el control de nuestras vidas y así poder alcanzar las bendiciones y el propósito que El tiene para con nosotros.

LÁGRIMAS


Todavía lloramos. Y qué bueno que así sea. Las lágrimas rara vez hacen mal.

Son siempre una catarsis, una liberación, una forma de decir que nadie es auto-suficiente.

En ésta confesión de franqueza humana se esconde un acto de humildad de quien reconoce que llegó a una encrucijada. Y, cuando esto hiere demasiado, los ojos dicen lo que la boca no consigue pronunciar.

Hay lágrimas de dolor, lágrimas de amor, lágrimas de alegría incontenible, lágrimas de tristeza, lágrimas silenciosas de paz y de ternura, lágrimas de gratitud por un elogio realizado en el momento preciso, lágrimas de esperanza, lágrimas de inocencia.

Pero también hay lágrimas de vergüenza, de necedad, de desafío, de chantaje, de egoísmo por no haber conseguido lo que se quería.

Hay quien llora por cualquier cosa y hay quien tiene vergüenza de llorar, cuando llorar era la única cosa decente que podía hacerse.

Es muy probable que existan cosas mucho más bonitas que una persona llorando en paz.

Pero, después de las siete maravillas del mundo, muy bien se podría proponer la que sigue como la octava: Un monumento a la persona que todavía llora por amor y que además no tiene vergüenza de mostrar que dentro de ella habita un sentimiento noble.

De las cosas más bonitas que conozco, una de ellas es la sonrisa de una persona y otra, la lágrima silenciosa de alguien que desea comenzar de nuevo.

lunes, 15 de septiembre de 2008

EL BOSQUE MÁGICO DE LA MENTE


El concepto de felicidad es muy diferente de unas personas a otras y aunque hay cosas y sensaciones que pueden ser comunes, los gozos de unos pueden ser la pesadilla de otros; así, el escalador es feliz arriesgando su vida para vencer a la montaña mientras que una persona normal sentiría pánico por verse expuesta a esos riesgos.

Algunas personas son felices llevando una vida tranquila y segura mientras otras se mueren de aburrimiento si no hay en su vida cambios, novedades y fuertes excitaciones.

La felicidad depende más de lo que ocurre dentro que de lo que nos sucede fuera; de las ideas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre la vida.

Depende de todos los misterios que viven en el Bosque Mágico de tu Mente.

Dentro de tu mente lo tienes todo. El sol y la luna, las montañas y los valles. Los colores del amanecer y las sombras de la noche. La alegría de las cascadas y la niebla espesa que empapa el alma de nostalgias infinitas.

Dentro de tu mente está la mano que te acaricia y la piel que tanto añoras.

Si buscas dentro de tu mente, siempre encontrarás razones para ser feliz y también para permanecer en la tristeza.

Porque tu felicidad no depende de lo que haces ni tampoco de lo que tienes.

No depende de cómo sea tu cuerpo ni de que tengas más o menos dones. Sólo depende de lo a gusto que estés con lo que haces, con lo que tienes, con tu cuerpo y con tus dones.

Básicamente, la Felicidad depende de que realmente quieras ser feliz y estés tan a gusto contigo mismo como para poder sentir todo el Amor de la Vida que te ha permitido existir.

"La felicidad es una mariposa que sale volando cuando la persigues, pero que puede posarse a tu lado, si te sientas tranquilamente a mirar".

EL BOSQUE MÁGICO DE LA MENTE


El concepto de felicidad es muy diferente de unas personas a otras y aunque hay cosas y sensaciones que pueden ser comunes, los gozos de unos pueden ser la pesadilla de otros; así, el escalador es feliz arriesgando su vida para vencer a la montaña mientras que una persona normal sentiría pánico por verse expuesta a esos riesgos.

Algunas personas son felices llevando una vida tranquila y segura mientras otras se mueren de aburrimiento si no hay en su vida cambios, novedades y fuertes excitaciones.

La felicidad depende más de lo que ocurre dentro que de lo que nos sucede fuera; de las ideas que tenemos sobre nosotros mismos y sobre la vida.

Depende de todos los misterios que viven en el Bosque Mágico de tu Mente.

Dentro de tu mente lo tienes todo. El sol y la luna, las montañas y los valles. Los colores del amanecer y las sombras de la noche. La alegría de las cascadas y la niebla espesa que empapa el alma de nostalgias infinitas.

Dentro de tu mente está la mano que te acaricia y la piel que tanto añoras.

Si buscas dentro de tu mente, siempre encontrarás razones para ser feliz y también para permanecer en la tristeza.

Porque tu felicidad no depende de lo que haces ni tampoco de lo que tienes.

No depende de cómo sea tu cuerpo ni de que tengas más o menos dones. Sólo depende de lo a gusto que estés con lo que haces, con lo que tienes, con tu cuerpo y con tus dones.

Básicamente, la Felicidad depende de que realmente quieras ser feliz y estés tan a gusto contigo mismo como para poder sentir todo el Amor de la Vida que te ha permitido existir.

"La felicidad es una mariposa que sale volando cuando la persigues, pero que puede posarse a tu lado, si te sientas tranquilamente a mirar".

SOLEDAD


Cuando tú estás solo no estás desolado, estás simplemente solo, y hay una tremenda diferencia entre soledad y desolación. 

Cuando tú estás desolado estás pensando en el otro, extrañas al otro. La desolación es un estado negativo. 

Tú sientes que estarías mejor si el otro estuviera ahí, tu amigo, tu esposa, tu madre, tu amado, tu esposo. 

Hubieras estado bien si el otro hubiera estado, pero no está. La desolación es la ausencia del otro. 

Soledad es la presencia de uno mismo. 

La soledad es muy positiva. Es una presencia, una desbordante presencia. 

Tú estás tan lleno de presencia que puedes llenar el universo entero con tu presencia y no hay necesidad de nadie.

NO HAY QUE TEMER


Temía estar solo, hasta que descubrí que Dios siempre está conmigo.

Temía fracasar, hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.

Temía lo que la gente opinara de mí, hasta que me di cuenta de que de todos modos opinarían de mi.

Temía al dolor, hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.

Temía a la verdad, hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.

Temía a la muerte, hasta que aprendí que no es el final, sino más bien el comienzo.

Temía al odio, hasta que me di cuenta que no es otra cosa más que ignorancia

Temía al ridículo, hasta que aprendí a reírme de mi mismo.

Temía hacerme viejo, hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.

Temía al pasado, hasta que comprendí que no podía herirme más.

Temía a la oscuridad, hasta que vi la belleza de la luz de una estrella.

Temía al cambio, hasta que vi que aún la mariposa más hermosa necesitaba pasar por una metamorfosis antes de volar.

SERENIDAD


Este día conduciré con calma mis pasos. Y me relajaré de las presiones Y de los problemas que perjudican mi salud mental.

Me enfrentaré a mi destino con serenidad y arreglaré todo lo que esté a mi alcance solucionarlo, pero aceptaré con alegre resignación aquello que no pueda cambiar.

Tomaré mis libros y seleccionaré aquel que más me gusta y nunca tuve tiempo de leer para desfrutar de la inmensa sabiduría que encierra cada una de sus páginas.

Por primera vez en mi vida me detendré un segundo para admirar los bellos amaneceres que me regala la naturaleza, y sé que mi corazón saltará de alegría.

Porque después de tanto trajín al fin le regalaré un día de serenidad.

EL TIEMPO QUE PASA NO VUELVE


Y cuando menos lo pienso, me doy cuenta de cómo pasa veloz el tiempo.

A los seres que amamos, los tenemos al lado, muchas veces hasta los ignoramos, no nos portamos con ellos como lo merecen. Y sin darnos cuenta, llegará el día en que los añoremos y cuando queramos sentirlos cerca, ya no estarán, se han ido, el tiempo ha pasado y será demasiado tarde, ya no se podrá decir lo que nunca se dijo, y mucho menos se podrán dar los detalles que en su tiempo no dimos.

Construimos sueños lejanos, los acariciamos desde lejos, posponemos nuestra lucha por ellos, hasta dejamos ir las oportunidades, porque creemos que después será mejor y habrá más tiempo, pero cuando menos lo pensemos, y queramos intentarlo de nuevo, todo habrá pasado, será demasiado tarde.

Y no es pesimismo decir lo que digo, tampoco es una lucha contra el tiempo, es ante todo, saber valorar el sagrado momento de vida, que no se repite, se nos da para usarlo bien y vivirlo como Dios quiere. 

Los niños no se quedarán siendo niños, cada día van creciendo y tarde que temprano, se irán del nido y volarán lejos, ya no volverán a ser niños, y el tiempo que no compartimos con ellos, no será igual, ya habrán crecido.

En una semana no se recuperan las materias que por no estudiar en todo el año perdimos, y cuando queramos reaccionar, el año estará reprobado, habremos caído, y si no reaccionamos, quizá hasta fracasamos.

La vida no es comprada, nada es eterno, todo pasa en el tiempo.

Y aún hay quienes dicen que viven aburridos, que no hay nada que hacer, o que sienten que todo esta hecho, que solo esperan lo que ha de venir...

Pero el tiempo es sagrado, cada segundo se vive solo una vez, jamás se nos repite, y aunque Dios por su inmenso amor nos regale millares de segundo, el tiempo perdido no volverá, y nadie por mucho que crea saber, podrá adivinar lo que le falta por vivir.

Muchas veces no pensamos en lo que hoy tenemos y que mañana tal vez no esté; seres queridos, oportunidades, amor, cariño, atenciones, trabajo, tesoros que no valoramos en su tiempo y que cuando queramos disfrutarlo, ya no los tendremos, habrán pasado, se los habrá llevado el mismo tiempo.

Lo que no valoramos, las palabras que nunca dijimos, el cariño que no demostramos, las personas que estando a nuestro lado nunca disfrutamos, el esfuerzo que no hicimos en su momento, el sueño que desde lejos abrazamos, lo que podíamos hacer ayer y no lo hicimos, aquello que pospusimos por pereza o cansancio... todo ello, va abrazado con el tiempo.

Por ello, aprovecho al máximo mi hoy, el tiempo que se me ha dado para decirte que soy una obra del Amigazo, esa que desde siempre imaginó y soñó así tal como soy, y aunque tal vez alguna vez no entendí lo que de mí quería Dios, hoy comprendí que todo tiempo su tiempo, que no hay que desesperarse ni confiarse demasiado por aquello que queremos, porque Dios a cada cosa le da su momento; simplemente hay que estar atentos, para que no nos coja desprevenidos, nuestro hermano EL TIEMPO.

A MIS AÑOS Y A TUS AÑOS


Nos dicen que a tus años y a mis años ya no tenemos edad para amarnos. Que nos espera por todo hogar las cuatro paredes de un asilo, como única ventana la luz de un televisor, como única emoción las partidas de cartas, como única compañía el calor de un animal y como única esperanza esperar un nuevo día.

¡Yo sigo vivo!. Mis manos todavía pueden acariciar, y mis labios se mueren por volver a besar los tuyos. Mis pies aún recuerdan los viejos pasos de baile, y mis brazos todavía pueden estrecharte con fuerza, para cálidamente protegerte, otra vez, de cualquier viento. Ni tus sentimientos ni los míos tienen arrugas, están limpios, claros a la luz de nuestros ojos. Tu cuerpo y el mío hace mucho que dejaron de ser niños; pero tienes los ojos azules de niña traviesa, y mi alma corre todas las tardes a la playa resistiéndose día a día a madurar, para poder volver a jugar entre las peñas, e ir a robar para ti manzanas de los huertos prohibidos. Pero no recuerdes, no quiero recordar el pasado, ni el bueno, ni el malo.

Quiero vivir el ahora, el ya, contigo abrazados. Vivir nuevas emociones, inventar nuevos besos, recorrer nuevos senderos. Antes de volver a encontrarte vagaba como un minero sin luz, entre frías galerías de infinita oscuridad azul, excavando cada día, con mis manos, una nueva razón para vivir. Pero ahora tú eres mi faro, mi razón única, mi esencia. Quiero volver a pasear mis dedos por tu melena, a que vuelvas a sonreír con mis tonterías, a tomar un helado compartido, a acariciarnos en la oscuridad y abrazarnos hasta el amanecer.

No me hables de los años pasados y perdidos, el único tiempo para mi baldío es el que pasa sin estar a tu lado, sin poder decirte que te quiero, sin querer amarte, sin amar hasta querer morir en tus brazos, sin morir por tu querer, sin querer que me ames como yo te quiero, y te amo, y muero. Y sé que me quieres; porque la luz de tus ojos es la misma de siempre y tus ojos nunca han mentido. El tiempo ha pasado y nuestras vidas han corrido y tropezado muchas veces. Maldigo a la parca que ha jugado con los hilos de nuestro destino. Pero ahora volvemos a unirnos, no en nuestra hora final, sino en una nueva hora primera.

Que digan lo que digan nuestros hijos y nietos, que puede que lleven nuestra sangre; pero no nuestros sentimientos. 

Que a tus años y a los míos vamos a amarnos hasta el último suspiro.

RECICLAJE


Recicla. No, tal vez no. Mismo si después de un tiempo de reflexión decidimos cambiar nuestra vida, seremos siempre nosotros mismos al final. Cambiados, pero nosotros. Con todas las marcas y cicatrices para que no nos olvidemos de lo que fuimos.

Sabemos que jamás podremos repegar los pedazos de las cosas vividas y construir nuevas. Colchas de retales son muy hermosas, pero no pasan de colchas de retales. Se remiendan paños, repéganse papeles o vidrio, pero no se remiendan vidas, no se repegan momentos pasados, cosas que dejamos para tras.

¿Recomenzar? Sí. Recomenzar es posible, mismo y felizmente, si ya no somos los mismos. Aprendemos, a costa de dolor, pero aprendemos. No cometeremos dos veces los mismos errores, no beberemos la misma agua.

Durante años, vivimos como si no tuviéramos otras alternativas. La vida es así, es el destino. Pero nuestro destino, nosotros lo hacemos. Nuestras prioridades, elegiremos o aprendemos a vivir con ellas. Y sólo después, más tarde, es que nos cuestionamos sobre el fundamento de nuestras elecciones. Hay personas que piensan que es demasiado tarde para cambiar y continúan en la misma línea, mismo si concientes de que tal vez ese no haya sido el mejor camino. Hombres y mujeres que se mataron la vida toda para ganar dinero terminan muchas veces la vida solos, llenos de dinero, vacíos de amor.

Y felices hay aquellos que descubren que aún es tiempo para hacer alguna cosa. Y que pueden redefinir las propias prioridades y asumirlas. Va a doler, pero va a valer la pena, porque al final de las cuentas vamos a tener la conciencia tranquila de que intentamos. Un de los peores sentimientos que existen es el de no poder recapturar un momento que gustaríamos que hubiera sido diferente. El yo de hoy no habría hecho eso o aquello, pero lo que yo era ayer no sabía lo que sé ahora. Si supiera, habría cometido menos errores. Pero tenemos un Dios tan bueno y tan grande que Él está siempre nos ofreciendo la oportunidad de nos redimir y hacer nuevas elecciones.
Y ahora? Ahora sabemos. No vamos a coger atajos. Ellos pueden ser atractivos, pero nos impedirán tal vez de aprovechar las bellezas de la jornada. El camino de vida es bonito, a pesar de ser más difícil para unos que para otros. Pero es bonito si supiéramos sacar el máximo de lo que es bueno. Noches oscuras pueden nos hacer ver más claramente las estrellas. Sólo veremos el nacer del sol si despertamos temprano. Cosas simples que la naturaleza nos enseña.

¿Reciclaje de vida? Tal vez sí. Tal vez seamos, al final de las cuentas, una colcha de retales de la vida. Pero que seamos entonces una bella colcha nueva adornando un cuarto, un corazón y tal vez mismo muchos corazones y muchas vidas, a comenzar por nosotros mismos.

BUSCADOR DE LA FELICIDAD


Cuenta la leyenda que un hombre oyó decir que la felicidad era un tesoro. A partir de aquel instante comenzó a buscarla. Primero se aventuró por el placer y por todo lo sensual, luego por el poder y la riqueza, después por la fama y la gloria, y así fue recorriendo el mundo del orgullo, del saber, de los viajes, del trabajo, del ocio y de todo cuanto estaba al alcance de su mano.

En un recodo del camino vio un letrero que decía: Le quedan dos meses de vida. 

Aquel hombre, cansado y desgastado por los sinsabores de la vida se dijo: "Estos dos meses los dedicaré a compartir todo lo que tengo de experiencia, de saber y de vida con las personas que me rodean."

Y aquel buscador infatigable de la felicidad, sólo al final de sus días, encontró que en su interior, en lo que podía compartir, en el tiempo que le dedicaba a los demás, en la renuncia que hacía de sí mismo por servir, estaba el tesoro que tanto había deseado.

Comprendió que para ser feliz se necesita amar; aceptar la vida como viene; disfrutar de lo pequeño y de lo grande; conocerse a sí mismo y aceptarse así como se es; sentirse querido y valorado, pero también querer y valorar; tener razones para vivir y esperar y también razones para morir y descansar.

Entendió que la felicidad brota en el corazón, con el rocío del cariño, la ternura y la comprensión. Que son instantes y momentos de plenitud y bienestar; que está unida y ligada a la forma de ver a la gente y de relacionarse con ella; que siempre está de salida y que para tenerla hay que gozar de paz interior.

Finalmente descubrió que cada edad tiene su propia medida de felicidad y que sólo Dios es la fuente suprema de la alegría, por ser ÉL: amor, bondad, reconciliación, perdón y donación total.

Y en su mente recordó aquella sentencia que dice: "Cuánto gozamos con lo poco que tenemos y cuánto sufrimos por lo mucho que anhelamos: Ser Feliz, es una actitud.

CARTA ABIERTA


No sé en qué parte del mundo estarás, ni siquiera sé si existes. Pero me ilusiona pensar que alguien abrirá en algún momento su ordenador y llegará hasta esta carta. La leerá y sabrá que ha sido escrita para ella. Hombre o mujer, joven o viejo, ¿Qué más da?.

Escribo estas líneas para una persona que sepa lo que es sentirse solo. Necesitar un abrazo o tener miedo. Una persona que alguna mañana haya visto claras sus equivocaciones y sus consecuencias. Alguien que en el deseo de ser de otra manera tropieza siempre en la misma piedra, esa que nos sorprende porque forma parte de lo que realmente somos, aunque aún no lo sospechamos. 

Escribo para quien frecuentemente se descubre emocionado, con el corazón girando como un molinillo de deseos pero sin reconocer de dónde proviene tal viento ilusionado. Alguien así, entenderá que algunos días el mundo queda muy bajito y otros aprisiona con su sombra. Sabrá comprender también los días pesados y plomizos en que nos encontramos varados, sin dirección ni rumbo y necesitamos que alguien a nuestro lado agarre el timón. Se reconocerá en ese esfuerzo de remar, remar, y remar hasta que de nuevo aparezca tierra en el horizonte. 

Esta carta es para los que sienten todo eso y mucho más pero no se atreven a dejar oír esos ritmos del alma en samba. 

Veras, amigo, persona aún desconocida, estaba pensando cuan hermoso sería que a todo el mundo, otra persona le hubiera escrito una carta o dedicado una poesía. Inspirada en ella, creada por su sola existencia. Y que todas las gentes hubieran sentido que algún otro las recordaba con afecto, y no por lo más hermoso que hubieran mostrado, sino aún habiendo enseñado el monstruo que también albergan. 

La razón de esta carta eres tú. Ya no serás uno de aquellos a los que Elías Canetti se refería cuando decía: "Nadie es más solitario que aquel que nunca ha recibido una carta".

LAS MUJERES


"Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y pico, incluso cincuenta y pico, y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas, y sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas, tan reales. Hermosamente reales.

Casi todas, hoy, están casadas o divorciadas, o divorciadas y vueltas a casar, con la idea de no equivocarse en el segundo intento, que a veces es un modo de acercarse al tercero, y al cuarto intento. Qué importa.

Otras, aunque pocas, mantienen una pertinaz soltería y la protegen como ciudad sitiada que, de cualquier modo, cada tanto abre sus puertas a algún visitante.

Nacidas bajo la era de Acuario, con el influjo de la música de Los Beatles, de Bob Dylan. Herederas de la "revolución sexual" de la década de los 60 y de las corrientes feministas que, sin embargo recibieron pasadas por varios filtros, ellas supieron combinar libertad con coquetería, emancipación con pasión, reivindicación con seducción.

Jamás vieron en el hombre a un enemigo a pesar que le cantaron unas cuantas verdades, pues comprendieron que emanciparse era algo más que poner al hombre a trapear el baño o a cambiar el rollo de papel higiénico cuando éste, trágicamente, se acaba, y decidieron pactar para vivir en pareja.

Son maravillosas y tienen estilo, aún cuando nos hacen sufrir, cuando nos engañan o nos dejan.

Usaron faldas hindúes a los 18 años, se cubrieron con suéter de lana y perdieron su parecido con María, la virgen, en una noche loca de viernes o sábado después de bailar. Hablaron con pasión de política y quisieron cambiar el mundo.

Aquí hay algunas razones de por qué una mujer de más de 40 nunca te va a despertar en la mitad de la noche para preguntarte: "¿Qué estás pensando?" No le interesa lo que estás pensando.

Si una mujer de más de 40 no quiere mirar un partido de football, ella no da vueltas alrededor tuyo. Se pone a hacer algo que ella quiere hacer y generalmente es algo mucho más interesante.

Una mujer de más de 40, se conoce lo suficiente como para estar segura de sí misma, de lo que quiere, y de con quién lo quiere. Son muy pocas las mujeres de más de 40 a las que les importa lo que tú pienses de lo que ella hace.

Una mujer de más de 40, tiene cubierta su cuota de relaciones "importantes" y "compromisos". Lo último que quiere en su vida es otro amante posesivo.

Es muy raro que entren en una competencia de gritos en medio de la ópera o de un restaurante caro.

Las mujeres de más de 40 son generalmente generosas en alabanzas. Ellas saben lo que es no ser apreciadas lo suficiente. Tienen suficiente seguridad en sí mismas como para presentarte a sus amigas. Una mujer más joven puede llegar a ignorar hasta a su mejor amiga.

Las mujeres se vuelven psíquicas a medida que pasa el tiempo. No necesitas confesar tus pecados, ellas siempre lo saben. Son honestas y directas. Te dicen directamente que eres un imbécil si es lo que sienten sobre ti.

Tenemos muchas cosas buenas que decir de las mujeres de más de 40 y por múltiples razones. Lamentablemente no es recíproco. Por cada impactante mujer de más de 40, ó 50, inteligente, bien vestida y sexy hay un hombre con casi o más de 50 ó 60 pelado, gordo, barrigón y con pantalones arrugados haciéndose el gracioso con una chica de 20 años.

Señoras, les pido perdón por ello-

LA MUJER EN LA SOCIEDAD ACTUAL


Cuando allá por el siglo XVI un ilustre Prelado se atrevió a aplicar a Teresa de Cepeda los calificativos de “fémina inquieta y andariega”, no lo hizo precisamente con ánimo de elogiar sus buenas dotes de mujer despierta y decidida, sino más bien en tono despectivo hacia quien, llena de osadía y santo celo, se atrevía a romper moldes y estereotipos, saliéndose fuera de unos cánones establecidos por una sociedad machista, en la que sólo a los hombres les estaba permitido el privilegio de organizar, disponer, dirigir y supervisar.

¡Cuánto ha cambiado desde entonces la consideración y la estima de la sociedad hacia la mujer! Hoy en día no hay cargo, por elevado y difícil de desempeñar que sea, al que una mujer no pueda acceder, siempre que demuestre, claro está, una preparación y una capacitación adecuadas para poder desempeñarlo.

Sin embargo es de todo punto alarmante que la mujer haya pretendido buscar erróneamente su dignidad y prestigio pareciéndose cada vez más al hombre, incluso en su aspecto físico, en su forma de hablar, en sus gestos, hasta llegar a perder su identidad como mujer, un privilegio y un preciado don, otorgados generosamente por la propia naturaleza y a mi modo de ver ése ha sido un de sus más graves errores. No es imitando al hombre como la mujer llega a liberarse del dominio masculino, pues de ese modo sólo conseguirá renunciar a lo más hermoso que poseía.

Pero no hay que pensar que todas las mujeres actuales están llamadas, ni pueden acceder al mundo laboral. En nuestra sociedad siguen existiendo un número considerable de mujeres, cuya única y exclusiva función social es la de “ejercer” como madres y esposas y éstas son las que a mí más me preocupan, pues a pesar de disponer de toda suerte de comodidades y adelantos, que las nuevas tecnologías les han proporcionado para hacer más ágiles y livianas sus tares domésticas, a pesar de haber disminuido considerablemente el número de hijos, a pesar de que su estima y consideración dentro de la sociedad es mucho mayor, sin embargo no se sienten satisfechas.

De todo esto tienen mucha culpa los medios de comunicación social, empeñados en mostrarnos como prototipos y modelos de mujeres a aquellas que se casan y se descasan una y mil veces, a las que gastan toda su fortuna en transformar su físico por medio de cirugías plásticas y les llenan la cabeza hablándoles del goce y del disfrute y de que la mujer ya no es una esclava del hogar y de que tienen que “realizarse” a nivel personal liberándose de tabúes y represiones ancestrales y un largo etcétera de sueños y utopías, la mayoría de las veces irrealizables, hasta hacerles creer que la que vive honestamente y con responsabilidad y dedicación plena sus funciones de esposa y de madre es una reprimida y una frustrada.

Y es que la capacidad de sacrificio ha disminuido considerablemente en nuestra sociedad. Enseñamos a nuestros hijos e hijas desde pequeños a satisfacer todos sus deseos, no negándoles absolutamente nada y éste es el camino más seguro para hacerles infelices y desgraciados. Pero esto no sucede solamente a nivel familiar; ya se encargaron los modernos sistemas educativos de pregonar a los cuatro vientos eso de que el niño es “libre” y por lo tanto educar es respetar esa libertad, dejando hacer lo que espontáneamente apetezca, sin contradecir sus inclinaciones naturales.
Resultado de todo esto han sido unas generaciones de jóvenes egoístas y despóticos, ante quienes no existen ni autoridad, ni principios, ni normas establecidas, incapaces de sacrificarse por nada y por nadie. Por suerte ni todos los jóvenes son así, ni tampoco todas las mujeres se sienten desgraciadas o infelices por no trabajar y poder “realizarse” fuera del hogar.


La mujer de nuestros días tiene a su alcance muchos medios para promocionarse y realizarse como persona adulta, madura y responsable, aunque sea una sencilla ama de casa, sin necesidad de recurrir a locuras, o extravagancias, ni por supuesto protagonizar escándalos que salten a los medios de comunicación. Tampoco tiene por qué envidiar al hombre, ni tratar de imitarlo. Lo que jamás deberá hacer es abandonarse a la monotonía y a la rutina de una vida gris, anodina y mediocre y perder las ilusiones de la juventud.

La inquietud por aprender nuevas cosas, por desarrollar sus aptitudes y cualidades innatas, la ilusión por mejorar y promocionar a su familia, el cuidado y atención a su aspecto físico, dentro de unos límites prudentes y moderados y sobre todo el cultivar su espíritu en todos los sentidos de la palabra: estético, moral, religioso, etc...pueden llegar a proporcionarle la íntima satisfacción y el orgullo de ser y sentirse mujer.

Lo más grave del caso es que existen fuerzas solapadas, cargadas de intereses malsanos, empeñadas en degradarla, a fuerza de alentar y estimular sus más bajos instintos, en aras de un modernismo, un progreso y una falsa liberación, que tienen mucho más que ver con el desenfreno y el libertinaje.

En la medida en que la mujer, debido a la promoción social propia de los tiempos actuales, vaya mejorando en consideración y estima social, deberá hacerlo también en dignidad y respeto, para que sea valorada como merece por parte de todos, en lugar de ser tenida única y exclusivamente como objeto de placer y esclava del hombre.

LAS MUJERES MÁS HERMOSAS DEL MUNDO


Las mujeres más hermosas del mundo no son las que desfilan en trajes de baño y vestidos de noche delante de jueces y de cámaras de televisión.

Las verdaderas finalistas y las ganadoras son aquellas que tienen el brillo interno de la gracia y el perdón.

No hay belleza física que se pueda comparar con la dignidad espiritual o el atractivo de una mujer llena de paz. Es una persona serena porque su confianza y su seguridad están en la paz que reflejan. Es una persona con dignidad porque su valor y sentido se hallan en algo más allá de lo superficial.

Esa mujer reflejará una clase de belleza interior que hace mucho más que llamar la atención a sí misma. Es una belleza que es mucho más importante que cualquier cosa trivial.

La verdadera belleza de la mujer no es corruptible, porque no depende de lo físico, sino que es la belleza de una forma de ser que reúne la quietud, la humildad, la ternura y la serenidad.

Las mujeres del mundo son alabadas por su belleza física, por su vivacidad y por su audacia. Pero las mujeres de Dios tienen un molde distinto. La belleza física de una mujer es temporal, y su deterioro le producirá amargura. En cambio, el adorno de un espíritu manso, dulce y sereno no es una moneda perecible, no se gastará por el uso ni está sujeta a los valores del mercado.

No deja marcas en el alma, ni heridas en quienes la rodean.

Esta es la verdadera belleza, la belleza que es de grande estima, delante de Dios.

MUJER ES


Recién nacida, ni cabellos tiene todavía, y ya la están arreglando con lacitos coloridos bien pegados a la cabecita. La mujer nace para ser la más colorida entre todos los colores. Mujer es arco iris.

En cuanto crece, al punto de abandonar las muñequitas, ya está brindando regazo a los compañeros de la escuela, al amiguito tristón, a la mamá carente, al papá cansado, a quien le pide abrigo. Mujer es regazo.

Al adentrarse en la adolescencia, llama la atención de los muchachos, de los “maduros” soñadores, de los pasajeros de autobús, chóferes, cobradores y ¡Hasta del hermano mayor! Mujer es tentación.

Cuando ya pasa de los 20, ¡cuántas historias ya cuenta! Ya tuvo amor malogrado, ya tuvo el primer beso, el primer enamorado, despedidas, divergencias, alegrías inolvidables, éxitos, también fracasos. Mujer es novela.

En sus 30, 40, 60 ¡No cree alcanzar los 80! ¡Cuántos amores! ¡Cuántas cicatrices! Uniones, hijos, empleos, patrones dentro y fuera de casa, metas alcanzadas, tantos deseos frustrados, tantas palabras ya dichas, muchos silencios impuestos, comprensiones, incomprensiones, traiciones y mil disgustos. Mujer es historia.

Y cuando deja el mundo, en algún rincón del cuarto se encuentra un hilo de cabello, se ve una oración en la antigua cabecera, se oye su canción favorita, su almohada confesora está manchada con la última lágrima. Mujer es nostalgia.

Pero ella siempre renacerá en otras mujeres, siempre será lo que vino a ser, siempre cumplirá su misión de Luz entre los hombres, siempre será apenas y tan sólo lo que es. Apenas y tan sólo Mujer.

TIEMPO PERDIDO


Es aquel en el cual no nos entusiasma ya nada, ni disfrutamos tampoco de nada, ni amamos a nadie.

¿Tiempo perdido? Aquél en el cual cruzamos por un lugar o un momento, sin tener plenamente conciencia de ello por estar siempre añorando al otro tiempo: al ya muerto, o preocupándonos por aquél que aún no ha nacido.

¿Tiempo perdido? Aquél en el cual no se aprende ya nada, ni damos nada, ni esperamos nada de nadie; aquél que construimos con mil esperanzas amortajadas o tan sólo un intento fallido.

¿Tiempo perdido? Aquél en el cual nos culpamos de todo, odiamos a todos y sufrimos de todo, permitiendo que un miedo tonto o un abrupto enojo nos convierta en un individuo vencido.

¿Tiempo perdido? Aquél que, de repente y sin darnos cuenta, ya se ha ido por guardar avariciosamente una espontánea sonrisa, un dulce "te quiero", un esperado perdón o un olvido.

¿Tiempo perdido? Aquél en el cual decidimos guardar tras un viejo armario el respeto a los demás o a nosotros mismos y en el que, además, cínicamente gritamos: "¡que bien a mí me ha ido!"

¿Tiempo perdido? Aquél que se aparece en el umbral de nuestra muerte y al cual le echamos la culpa de todo lo que fallamos o de la mala suerte, en vez de reconocer que a Dios lo pusimos siempre de lado y en un lugar escondido.

¿Tiempo perdido? Aquél que, tú y yo, permitamos que siga fluyendo sin mayor conciencia, amor o esfuerzo, evitando de esa forma que nuestro ser pueda al cien por ciento vivirlo.

HISTORIA DE UN AMOR IMPOSIBLE


Cuenta la leyenda que una joven mariposa, de cuerpo frágil y sensible volaba cierta tarde jugando con el viento, cuando vio una estrella muy brillante, y se enamoró. Excitadísima, regresó inmediatamente a su casa, loca por contar a su madre que había descubierto lo que era el amor.

-¡Que tontería! - fue la fría respuesta que escuchó. -Las estrellas no fueron hechas para que las mariposas pudieran volar a su alrededor. Búscate un poste, o una pantalla, y enamórate de algo así. Para eso fuimos creadas.

Decepcionada, la mariposa decidió simplemente ignorar el comentario de la madre, y se permitió volver a alegrarse con su descubrimiento. "Que maravilla poder soñar", pensaba. La noche siguiente la estrella continuaba en el mismo lugar, y ella decidió que subiría hasta el cielo y volaría en torno a aquella luz radiante para demostrarle su amor.

Fue muy difícil sobrepasar la altura a la cual estaba acostumbrada, pero consiguió subir algunos metros por encima de su nivel de vuelo normal. Pensó que si cada día progresaba un poquito, terminaría llegando hasta la estrella. Así que se armó de paciencia y comenzó a intentar vencer la distancia que la separaba de su amor.

Esperaba con ansiedad la llegada de la noche, y cuando veía los primeros rayos de la estrella, agitaba ansiosamente sus alas en dirección al firmamento. Su madre estaba cada vez más furiosa:

-Estoy decepcionada con mi hija -decía. Todas sus hermanas, primas y sobrinas ya tienen lindas quemaduras en sus alas, provocadas por las lámparas. Sólo el calor de una lámpara es capaz de entusiasmar el corazón de una mariposa: Deberías dejar de lado estos sueños inútiles y conseguir un amor posible de alcanzar.

La joven mariposa, irritada porque nadie respetaba lo que sentía, decidió irse de la casa. Pero en el fondo -como, por otra parte, siempre sucede -quedó marcada por las palabras de su madre, y consideró que ella tenía razón.
Así, durante algún tiempo, intento olvidar a la estrella y enamorarse de la luz de las pantallas de casas suntuosas, de las luces que mostraban los colores de cuadros magníficos, del fuego de las velas que quemaban en las más bellas catedrales del mundo.

Pero su corazón no conseguía olvidar a la estrella, y después de ver que la vida sin su verdadero amor no tenía sentido, resolvió reemprender su itinerario en dirección al cielo.

Noche tras noche intentaba volar lo más alto posible, pero cuando la mañana llegaba, estaba con el cuerpo helado y el alma sumergida en la tristeza.

Entretanto, a medida que se iba haciendo mayor, pasó a prestar atención a todo cuanto veía a su alrededor. Desde allá arriba podía vislumbrar las ciudades llenas de luces, donde probablemente sus primas, hermanas y sobrinas, ya habrían encontrado un amor.

Veía las montañas heladas, los océanos con olas gigantescas, las nubes que cambiaban de forma a cada minuto. La mariposa comenzó a amar cada vez más a su estrella, porque era ella la que la impulsaba a conocer un mundo tan rico y hermoso.

Pasó mucho tiempo y un buen día ella decidió volver a su casa. Fue entonces que supo por los vecinos que su madre, sus hermanas, primas y sobrinas, y todas las mariposas que había conocido, ya habían muerto quemadas en las lámparas y en las llamas de las velas, destruidas por un amor que juzgaban fácil.

La mariposa, aún cuando jamás haya conseguido llegar hasta su estrella, vivió muchos años aún, descubriendo cada noche cosas diferentes e interesantes. Y comprendiendo, que, a veces, los amores imposibles traen más alegrías y beneficios que aquellos que están al alcance de nuestras manos.

SE DEJA DE QUERER


Se deja de querer, y no se sabe por qué se deja de querer: Es como abrir la mano y encontrarla vacía, y no saber, de pronto, qué cosa se nos fue.

Se deja de querer, y es como un río cuya corriente fresca ya no calma la sed;
como andar en otoño sobre las hojas secas, y pisar la hoja verde que no debió caer.

Se deja de querer, y es como el ciego que aún dice adiós, llorando, después que pasó el tren; o como quien despierta recordando un camino, pero ya sólo sabe que regresó por él.

Se deja de querer, como quien deja de andar por una calle, sin razón, sin saber;
y es hallar un diamante brillando en el rocío, y que, ya al recogerlo, se evapore también.

Se deja de querer, y es como un viaje detenido en la sombra, sin seguir ni volver; y es cortar una rosa para adornar la mesa y que el viento deshoje la rosa en el mantel.

Se deja de querer, y es como un niño que ve cómo naufragan sus barcos de papel; o escribir en la arena la fecha de mañana y que el mar se la lleve con el nombre de ayer.

Se deja de querer, y es como un libro que, aun abierto hoja a hoja, quedó a medio leer; y es como la sortija que se quitó del dedo, y sólo así supimos que se marcó en la piel.

Se deja de querer, y no se sabe por qué se deja de querer.

VOY A SEGUIR CREYENDO


Voy a seguir creyendo, aún cuando la gente pierda la esperanza.

Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.

Voy a seguir construyendo, aún cuando otros destruyan.

Voy a seguir hablando de Paz, aún en medio de una guerra.

Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.

Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.

Y seguiré gritando, aún cuando otros callen.

Y dibujaré sonrisas, en rostros con lágrimas.

Y transmitiré alivio, cuando vea dolor.

Y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristezas.

Inventaré a caminar al que decidió quedarse y levantaré los brazos, a los que se han rendido.

Porque en medio de la desolación, siempre habrá un niño que nos mirará esperanzado, esperando algo de nosotros, y aún en medio de una tormenta, por algún lado saldrá el sol y en medio del desierto crecerá una planta.

Siempre habrá un pájaro que nos cante, un niño que nos sonría y una mariposa que nos brinde su belleza.

Pero si algún día ves que ya no sigo, no sonrío o callo, solo acércate y dame un beso, un abrazo o regálame una sonrisa, con eso será suficiente.

Seguramente me habrá pasado que la vida me abofeteó y me sorprendió por un segundo.

Solo un gesto tuyo hará que vuelva a mi camino.

LOS LÍMITES DE SER PADRE


Te di la vida, pero no puedo vivirla por ti.

Puedo enseñarte muchas cosas, pero no puedo obligarte a aprender.

Puedo dirigirte, pero no responsabilizarme por lo que haces.

Puedo instruirte en lo malo y lo bueno, pero no puedo decidir por ti.

Puedo darte amor, pero no puedo obligarte a aceptarlo.

Puedo enseñarte a compartir, pero no puedo forzarte a hacerlo.

Puedo hablarte del respeto, pero no te puedo exigir que seas respetuoso.

Puedo aconsejarte sobre las buenas amistades, pero no puedo escogértelas.

Puedo educarte acerca del sexo, pero no puedo mantenerte puro.

Puedo hablarte acerca de la vida, pero no puedo edificarte una reputación.

Puedo decirte que el licor es peligroso, pero no puedo decir, no, por ti.

Puedo advertirte acerca de las drogas, pero no puedo evitar que las uses.

Puedo exhortarte a la necesidad de tener metas altas, pero no puedo alcanzarlas por ti.

Puedo enseñarte acerca de la bondad, pero no puedo obligarte a ser bondadoso. 

Puedo amonestarte en cuanto al pecado, pero no puedo hacerte una persona moral.

Puedo explicarte cómo vivir, pero no puedo darte vida eterna.

Puedes estar seguro de que me esforzaré hasta el máximo por darte lo mejor de mi, porque te quiero, pero lo que hagas de tu vida, dependerá de Ti, aún cuando siempre esté junto a Ti, las decisiones las tomarás Tú. 

Solo le pido a la Vida que te ilumine para que tomes las correctas.

LA FUERZA ESCONDIDA


Porque existen momentos en los que aún en medio del vacío y la soledad, tenemos la certeza de que en algún lugar, se halla alguien que a nuestro lado está. Y a pesar de sentirnos agotados, casi rendidos, entre tanto dolor; nos seguimos manteniendo en pie, sin retroceder, ni el camino abandonar ; no obstante humanamente creyendo no poder más; no sabemos de dónde nos viene esa fuerza que no nos deja desfallecer ni renunciar.

Ahí, entre tantas preguntas sin responder; con la mente en caos y el corazón destrozado; porque nos pasan muchas cosas a la vez, que llegamos a sentir que Dios nos ha olvidado y abandonado; continuamos el camino, luchando por no dejar de creer ni perder la fe, en el amor del Padre que nos ha creado, el Hijo que nos redimió y el Espíritu que con su ímpetu nos mantiene firmes y renovados.

Son muchas las veces que no sabemos cómo, pero seguimos andando; estamos rotos en pedazos y el corazón continúa creyendo y amando; ¿De donde nos viene esa impulso que nos permite seguir viviendo, aunque sintamos por dentro que estamos muriendo?

Porque aún después de superar un instante de dolor, nos sentimos más fortalecidos; y aunque todo parezca oscuro, caminamos con tanta firmeza como si la luz no hubiésemos perdido, somos capaces de levantarnos una y otra vez, todas las veces que hemos caído, es quizás porque no obstante solo veamos un par de huellas en la arena, desolados no hemos estado; el Amigazo, en sus brazos nos ha llevado, su amor es el que nos ha guiado y sostenido; aunque no lo veamos, lo neguemos o por nuestra propia fragilidad, no lo sintamos.

¿Qué más pruebas pedimos que Dios existe y que tanto nos ha amado?¿No es suficiente creer simplemente al abrir los ojos cada día y sentir que seguimos viviendo y andando, a pesar de nuestra fragilidad y de todos los momentos duros y difíciles que nos toque enfrentar, los que estemos asumiendo o los que ya hemos superado?

Por eso El llama Bienaventurados a los que creen sin haber visto; a los que lloran, caen, pierden, se sienten solos y siguen adelante, manteniendo viva la esperanza, dándose la oportunidad de vivir un día más con lo que venga; sin dejar de buscar ni esperar.

Eso que a veces no sabemos describir, ni de dónde nos viene, ni a dónde nos llevará; es el amor que Dios nos ofrece, es la fuerza escondida que le pone un toque de Divinidad a nuestra humanidad.

SECRETOS PARA SER FELIZ


Un sabio, al ver la sencillez y la pureza de un niño, le dijo: "A ti te enseñaré los secretos para ser feliz". Ven conmigo y presta mucha atención. Mis secretos los tengo guardados en dos cofres, y éstos son: MI MENTE Y MI CORAZÓN, y consisten en una serie de pasos que deberás seguir a lo largo de tu vida.

El primer paso, es saber que existe la presencia de DIOS en todas las cosas de la vida y por lo tanto, debes amarlo y darle gracias por todas las cosas que tienes.

El segundo paso, es que debes quererte a ti mismo y todos los días al levantarte y al acostarte, debes afirmar: Yo soy importante, yo valgo, soy capaz, soy inteligente, soy cariñoso, espero mucho de mí, no hay obstáculo que no pueda vencer.

El tercer paso, es que debes poner en práctica todo lo que dices que eres. Es decir, si piensas que eres inteligente actúa inteligentemente; si piensas que eres capaz, haz lo que te propones; si piensas que eres cariñoso, expresa tu cariño; si piensas que no hay obstáculos que no puedas vencer, entonces proponte metas en tu vida y lucha por ellas hasta lograrlas.

El cuarto paso, es que no debes envidiar a nadie por lo que tiene o por lo que es. Ellos alcanzaron sus metas, logra tú las tuyas.

El quinto paso, es que no debes albergar en tu corazón rencor hacia nadie; ese sentimiento no te deja ser feliz; deja que las leyes de DIOS hagan justicia, y tú PERDONA y OLVIDA.

El sexto paso, es que no debes tomar las cosas que no te PERTENECEN . Recuerda que mañana te quitaran algo de más valor.

El séptimo paso, es que no debes maltratar a nadie. Todos los seres del mundo tenemos derecho a que se nos RESPETE y se nos QUIERA.

Y por último, levántate siempre con una SONRISA en los labios, observa a tu alrededor y descubre en todas las cosas el lado bueno y bonito; piensa en lo afortunado que eres al tener todo lo que tienes; AYUDA a los demás, sin pensar que vas a recibir nada a cambio; mira a las personas y descubre en ellas sus cualidades y dales también a ellos el secreto para ser triunfadores y que de esta manera, puedan ser felices.

CARTA A UN AMIGO


Si preguntan por mí, diles que salí a cobrar la vieja deuda que no pude esperar que a la vida se le diera la gana de llegar a mi puerta.

Diles que salí definitivamente a dar la cara sin pinturas y sin trajes el cuerpo.

Si preguntan por mí, diles que apagué el fuego, dejé la olla limpia y desnuda la cama, me cansé de esperar la esperanza y fui a buscarla. 

Diles que no me llamen. Quité el disco que entretenía en boleros el beso y el abrazo la copa estrellé contra el espejo porque necesitaba convertir el vino en sangre ya que jamás se dio el milagro de convertirse el agua en vino.

Si preguntan por mí, diles que salí a cobrar la deuda que tenían conmigo el amor, el fuego, el pan, la sábana y el vino, que eché llave a la puerta y no regreso.

¡Definitivamente diles que me mudé de casa!

sábado, 13 de septiembre de 2008

LA MUJER QUE YO AMO


La mujer que yo amo tiene en su mirada infinitos espejos por donde se ve pasar la vida y cada espejo es un mundo que me induce a mirar el cielo y sembrar de ternuras el infinito; me despierta cada día rozando mi frente con su beso alivia mis fatigas, sella mis sueños.

La mujer que yo amo, tiene un volcán que me quema en sus entrañas me invita a recorrerla cada tarde y a habitarla cada noche, me cobija sobre su seno y me canta cuando duermo.

La mujer que yo amo, tiene en sus dedos las formas suaves de mi pelo, la señal justa de mis entregas, el molde preciso de mi espalda y la medida de mi cintura.

Su naturaleza sensible y fresca contiene en ella lo que deseo, y como un árbol que madura sus frutos tiene todo lo que busco. No le pido nada, ni exijo mucho.

Solo sé que siendo ella todo esto y permitiéndome ser quien estoy siendo recorremos un mundo de promesas y la espera cierta de la vida.

La mujer que yo amo, es mi Esposa.

UN BUEN HOGAR


Un buen hogar siempre estará donde el camino esté lleno de paciencia, donde la almohada esté llena de secretos, donde el perdón esté lleno de rosas.

Estará donde el puente se halle tendido para pasar, donde las caras estén dispuestas para sonreír, las mentes activas para pensar y las voluntades deseosas para servir.

Un buen hogar siempre estará donde los besos tengan vuelo y los pasos, mucha seguridad.

Donde los tropiezos tengan cordura y los detalles, significación.

Donde la ternura sea muy tibia y el trato diario muy respetuoso.

Donde el deber sea gustoso, la armonía contagiosa y la paz dulce.

Un buen hogar siempre estará donde el crecimiento sea por el mismo tronco y el fruto por la misma raíz.

Donde la navegación sea por la misma orilla y hacia el mismo puerto.

Donde la autoridad se haga sentir y, sin miedos ni amenazas, llene la función de encauzar, dirigir y proteger.

Donde los abuelos sean reverenciados, los padres obedecidos ¡y los hijos vigilados!

Un buen hogar siempre estará donde el fracaso y el éxito sean de todos.

Donde disentir sea intercambiar y no guerrear.

Donde la formación junte los eslabones ¡y la oración forme la cadena!

Donde las pajas se pongan con el alma y los hijos se calienten con amor.
Donde el vivir esté lleno de sol y el sufrir esté lleno de fe.

Un buen hogar siempre estará en el ambiente donde naciste, en el huerto donde creciste, en el molde donde te configuraste y el taller donde te puliste.
Y muchas veces será el punto de referencia y la credencial para conocerte, porque el hogar esculpe el carácter, imprime rasgos, deja señales y marca huellas.

Las vetas y el cimiento dejados por un buen hogar son indestructibles.

Los principios parecen como grabados en hierro. La fe, como cincelada en roca. Y el amor, llevado como bandera.

Es montar el barco más seguro para navegar el mundo, de otra manera sería navegar con un timón titubeante, una brújula indecisa y la quilla rota.

Con buenos hogares se podría salvar al mundo, porque ellos tocan a fondo la conducta de los hombres, la felicidad de los pueblos y la raíz de la vida.

Aunque hay excepciones, ese hogar primero, hogar tronco, nunca se pierde:
¡te lo llevas en el alma!

Nunca se oscurece: queda en las luces que te alumbran el camino.

Nunca se lo lleva el viento: queda prendido en tu raíz.

De se hogar tronco salen las grandes alas que te permiten volar y hacerte águila.

De ese hogar tronco salen los principios fuertes que enmarcan tu figura para hacerte gigante.

De ese hogar tronco sale esa fuerza de la fe que resplandece para hacerte estrella.

¡De ahí salen obras maestras!
Porque ahí se gestan los grandes valores del mundo, ahí se incuban las almas de resistencia, de temple y de fe. De ahí salen los grandes conductores de la humanidad ¡y los grandes seguidores de Cristo!

El hogar, hoy en día, es una prioridad pues, como la buena tierra, ¡da lo que le siembran!

MUJER


No busco una mujer-amante-esposa, sino un puerto vital en mar abierto, un hábitat sin fecha de caducidad donde dar cobijo al Amor como si fuera eterno. 
No espero a una mujer que sea apenas fémina, sino que sea también el barco que me navegue, la tormenta que me aflija, la sensualidad que me altere, la serenidad que me acune.

No busco ni espero ni quiero una mujer por el solo hecho de serlo, y exijo a la brújula de mis sentidos que apunte el camino que conduce a la única que quiero sueño y espero: no una, sino Ella; ésa que sin saberlo me espera con todos sus desiertos en flor donde reposar mi piel exhausta y mi boca sedienta y mi deseo ardiente y mi urgencia angustiosa y mi lágrima austera y mi ternura elocuente.

Sí, una mujer que excite mis veintinueve sentidos es la que sueño espero y busco; la única que sepa qué decir, cómo hacer, cuándo parar, dónde esperar.

Esa es la mujer que espero como quien nada espera, que busco y rebusco; esa es la mujer-puerto-esquina que deseo y no deseo que otro la posea. Solo espero que sea ella, aquella que sea mía y yo sea suyo; que sea yo y ella; ella en mí y viceversa.

Entonces habré encontrado a la Mujer que finjo que no busco; al barco que miento que no sueño; a la esquina que juego a que no existe; al muelle de mi propio puerto, y echando el ancla mar adentro, nos amarraremos sin vergüenza a la luz de los faroles de sus ojos, y procrearemos gritos y temblores que iluminarán todas las esquinas de los barcos en el puerto. 

Será el momento de vocalizar el Somos, pluralizándonos en la simbiosis del Nosotros.

Esa es la mujer que busco espero y sueño. 

Gratificaré magníficamente cualquier información sobre su paradero.

CARTA DE UNA MUJER PERFUMADA


Para escribir cartas de amor no es necesaria la cautela, ni el orden ni encontrar la perfecta esquela tan sólo encender la lámpara como se enciende el cuerpo del amor.

Untarse toda, perfumarse toda de mieles y sortilegios elegir la caligrafía más desvelada, la más humilde.

Entonces, se extiende se acaricia el empeine de sus plumajes y comienzan a recogerse las palabras como el deseo del amor.

Para escribir cartas de amor es necesario estar reposada elegir las palabras como si fueran banquetes clandestinos vestirse toda de rojo, color deseo, color relámpago y decir: en esta tarde arrodillada de luz yo te amo, te entrego un manojo de suaves palabras como la llave de mi alma.

Me ilumino toda al nombrarte nada se pierde con llamarte en el bosque fallido con escribirte como sonámbula como maga toda vestida de verde escribir más que una carta de amor basta con extender mi mano hacia la tuya, es esa la vigencia del perfume.

SUEÑO IMPOSIBLE


Yo soñé con tu beso, como sueñan los niños con los caballos grandes y los ferrocarriles que ven en las vidrieras. 

Yo soñé con tu beso y fue un sueño imposible.

Yo soñé con un viaje de alegres desposados -más allá de los mares, por lejanos países-, y aquel viaje de goces, maravilloso y único, era un viaje imposible.

Yo soñé el hondo sueño de la risa de un hijo -un hijo que tuviera tus negros ojos tristes- Pero aquel sueño ardiente del hijo de nosotros fue también imposible.

Soñé así con tu beso, con un viaje y un hijo y mi amor por tus aguas navegó como un cisne.

Fueron tres esperanzas las esperanzas mías y las tres imposibles.

Del bosque de mis sueños queda apenas un árbol. Junto a él, cada noche, mi corazón repite, cuando intento cerrarte la puerta del recuerdo, una sola palabra: imposible, imposible.

EL ANILLO


-Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren mas?-

El maestro sin mirarlo, le dijo: -Cuánto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después- y haciendo una pausa agregó: -Si quisieras ayudarme tu a mi, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar-

-Encantado, Maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas. 

-Bien- asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó: -Toma el caballo que esta allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas-

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.

En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas-y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro.
Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación.

-Maestro- dijo- lo siento, no se pudo conseguir lo que me pediste.

Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo. 

-Qué importante lo que dijiste, joven amigo- contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo.

Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuanto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con el anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo:

-Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA,,, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo.

-58 MONEDAS- Exclamó el joven.

-Sí, replicó el joyero-yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido. -Siéntate- dijo el maestro después de escucharlo -Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?-

Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

EL PESCADOR


Un banquero de inversión americano estaba en el muelle de un pueblito caribeño cuando llegó un bote con un solo pescador.

Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño. El americano elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó: -¿cuánto tiempo le había tomado pescarlos?-

El pescador respondió que sólo un de poco tiempo.

El americano luego le preguntó ¿Porqué no permanecía más tiempo y sacaba más pescado?

El pescador dijo que él tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.

El americano luego preguntó: -¿pero qué hace usted con el resto de su tiempo?-

El pescador dijo, -Duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siesta con mi señora María, caigo todas las noches al pueblo donde tomo vino y toco guitarra con mis amigos. Tengo una vida placentera y ocupada-

El americano replicó, -Soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrías comprar varios botes y eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.

En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías, hacer directamente a un procesador y eventualmente abrir tu propia procesadora.

Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución.

Deberías salir de este pequeño pueblo e irte a La Capital, donde manejarías tu empresa en expansión-

El pescador preguntó, ¿Pero, cuánto tiempo tarda todo eso?

A lo cual respondió el americano, -Entre 15 y 20 años-

-¿Y luego qué?-

El americano se rió y dijo que esa era la mejor parte.

-Cuando llegue la hora deberías anunciar una OIA (Oferta Inicial de Acciones) y vender las acciones de tu empresa al público. Te volverás rico, tendrás millones-

-Millones y ¿luego qué?-

Dijo el americano: -Luego te puedes retirar. Te mueves a un pueblito en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pescar un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, caer todas las noches al pueblo donde tomas vino y tocas guitarra con tus amigos-

El pescador respondió: -¿Acaso eso no es lo que tengo ya?-

EL DESTINO DE LOS HIJOS


Y una mujer que llevaba un niño contra su pecho le preguntó a un maestro: Háblanos de los hijos. Y el respondió.

Tus hijos no son tuyos hijos. Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma. Vienen a través de ustedes, mas no son de ustedes y aunque vivan con ustedes, no les pertenecen. 

Pueden darles su amor, mas no sus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Pueden albergar sus cuerpos mas no sus almas. Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños les es dado visitar.

Pueden esforzarse por ser como ellos, mas no intenten hacerlos como ustedes. Porque la vida no marcha hacia atrás, ni se detiene en el ayer.

Ustedes son el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados como flechas vivas.

El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y los dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.

Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firme; por eso ustedes tuvieron la oportunidad de vivir su vida y la libertad de amar y hacer tu vida. 

Deja que tus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que vuelvan, ellos te querrán por siempre y tendrán también su nido del cual algún día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su vida, déjalos libres, ámalos con libertad, no apagues el fuego de su hogar, vive y deja vivir y ellos siempre te querrán.

TE DESEO LO SUFICIENTE


Hace poco tiempo cuando estaba en el aeropuerto escuché por casualidad a una madre e hija que se estaban despidiendo. Cuando anunciaron la partida del vuelo ellas se abrazaron y la madre dijo: -Te amo y te deseo lo suficiente-

La hija respondió: -Madre, nuestra vida juntas ha sido más que suficiente. Tu amor es todo lo que he necesitado. También te deseo lo suficiente- Ellas se saludaron con un beso y la hija partió.

La madre pasó muy cerca de donde yo estaba sentada y noté que ella necesitaba llorar. Traté de no observarla para no invadir su privacidad, pero ella se dirigió hacia mí y me preguntó: -Alguna vez se ha despedido de alguien sabiendo que era para siempre?-

-Sí, lo he hecho- respondí. -Perdón por preguntar- contesté -Pero ¿por qué esta despedida es para siempre?-

-Yo soy una mujer vieja y ella vive muy lejos de aquí. La realidad es que su próximo viaje será para mi funeral- dijo.

-Cuando se despidió de ella escuché que le dijo "te deseo lo suficiente". ¿A qué se refiere?-

Comenzó a sonreír. Eso es un deseo que hemos transmitido de generación en generación. Mis padres solían decirlo. Ella hizo una pausa y miró hacia arriba como si tratara de recordarlo en detalle, luego sonrió aún más.

-Cuando decimos "Te deseo lo suficiente", deseamos que la otra persona tenga una vida llena de sólo lo suficientemente bueno para vivir. Entonces, dirigiéndose hacia mí, ella compartió lo siguiente como si lo estuviera recitando de memoria:

"Te deseo que tengas suficiente sol para mantener tu espíritu brillante",
"Te deseo suficiente lluvia para que aprecies aún más el sol" ,
"Te deseo suficiente felicidad para que tu alma esté viva" 

"Te deseo suficiente dolor para que las pequeñas alegrías de la vida parezcan más grandes"
"Te deseo que tengas suficientes ganancias que satisfagan tus necesidades"
"Te deseo suficientes pérdidas para que aprecies todo lo que posees."
"Te deseo suficientes bienvenidas para que logres soportar las despedidas".
Luego ella comenzó a llorar y se alejó. 

Se dice que toma un minuto encontrar a una persona especial, una hora en apreciarla, un día para amarla, pero una vida para olvidarla.

Toma el tiempo necesario para vivir. A todos mis amigos y seres queridos,

LES DESEO LO SUFICIENTE.

LA SILLA


La hija de un hombre le pidió al sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. 

Cuando el sacerdote llego a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo; "Supongo que me estaba esperando" le dijo.
 
"No, quien es usted?", dijo el hombre.

"Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando vi la silla vacía al lado de su cama supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo".

"Ah si, la Silla", dijo el hombre enfermo, le importa cerrar la puerta?" El sacerdote sorprendido la cerró.

"Nunca le he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber cómo orar. Cuando he estado en la Iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y me salió por el otro, pues no tengo idea de cómo hacerlo. -Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración. Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. así es como te sugiero que lo hagas: te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante de ti. No es algo alocado el hacerlo pues El nos dijo: "Yo estaré siempre con vosotros". - 
  
Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estás haciendo conmigo ahora".- 

"Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces". Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija, pues me internaría de inmediato en el manicomio."

El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo, y que no dejara de hacerlo.
Luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su parroquia. 

Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. 

El sacerdote le preguntó: "Falleció en Paz ?"

"Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso"

"Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto"

"Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?"

El sacerdote se secó las lagrimas de emoción y le respondió: "Ojalá que todos nos pudiésemos ir de esa manera"

EL SEMÁFORO


Aquel Día, me desperté con mucha flojera y renegando con el trabajo pude deshacerme de las cobijas.
Me dirigí al baño arrastrando los pies, mientras maldecía por tener que levantarme de la cama sin poder quedarme en ella todo el día.

Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Tal pereza me dominaba que por no meter el pan en la tostadora, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella.

¿Por qué tener que trabajar? Esa si era una maldición. Salí de la casa en dirección a mi oficina, en mi automóvil con asientos de piel y calefacción observando en el camino, el pavimento humedecido por la lluvia y seguía maldiciendo por tener que ir a trabajar.

El semáforo marcó el alto y, de pronto como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto.

Por curiosidad abrí mis ojos y pude descubrir que lo que parecía un bulto, era el cuerpo de un joven montado en un pequeño carro de madera.

Aquel hombre no tenía piernas y le faltaba un brazo, sin embargo con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo de madera y manejaba con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía malabares.

Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista que llevaba un pequeño letrero en el pecho.

Cuando se acercó a mi auto pude leer: “Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico”

Con su mano izquierda señalo hacia la banqueta y ahí pude ver a su hermano; sentado en una silla de ruedas, colocada frente a un atril que sostenía un lienzo. El movía magistralmente con la boca un pincel que daba forma a un paisaje.

El malabarista mientras recibía ayuda, vio el asombro en mi cara y me dijo: ¿Verdad que mi hermano es un artista? Por eso escribió esta frase sobre el respaldo de su silla que dice: “GRACIAS SEÑOR POR LOS DONES QUE NOS DAS, CONTIGO NO NOS FALTA NADA”

Recibí un fuerte golpe en mi interior, mientras el hombre bulto se retiraba y el semáforo cambiaba su luz del rojo al verde.

Mi semáforo interior cambió desde ese día. Nunca más se me volvió a encender la señal de alto, que me paralizaba por la pereza. 

LIBÉRATE


En nuestra vida, quizás, sin darnos cuenta, podemos estar atados, aunque no existan cuerdas que amarren nuestros pies y manos.

Pensamientos equívocos, a los que nos aferramos, Creencias sin fundamento en las que a veces nos basamos.

Objetos materiales, recuerdos del ayer, amores del pasado, Temores, depresiones, sentimientos cruzados.

Creer que no podemos, sin haberlo intentado, depender de personas que tenemos a nuestro lado.

Limitamos nuestros sueños, porque nos sentimos esclavos, muchas veces sin darnos cuenta, estamos amarrados.

Situaciones, condiciones, épocas, tentaciones, La moda, los avances, los medios de comunicaciones.

Convertimos en necesidad, los lujos y la vanidad, Hasta distorsionamos la definición del amor y la amistad.

Perdemos la libertad de reír, llorar, y opinar, porque nos esclaviza la opinión de los demás.

Nos ata la violencia, el resentimiento y el dolor, queremos las cosas fáciles, tener poder, inspirar temor.

Por eso no existe paz en muchos corazones de la humanidad, se encuentran atados, dependen hasta de su propia mentalidad.

Muchas veces no sabemos porque no podemos la felicidad experimentar; quizás porque no hemos descubierto, que primero nos debemos desatar.

Y cuando logramos romper las cadenas física y mentales que no nos dejan avanzar, podemos llegar a ser realmente libres, para poder a otros liberar.

AL BORDE DEL CAMINO


La vida es un camino que se va construyendo en la medida en que se recorre y se asume con todo lo que trae y los terrenos o estaciones que deparen.

En ese caminar, se encuentran impulsos, motivaciones, también obstáculos, instantes, situaciones que pueden hacer caer, tropezar, y quizás sea necesario darse un poco de tiempo para asumir el momento, sanar las heridas, reparar los daños, retomar fuerzas y continuar.

Quedarse al borde del camino, implica no asumir la propia historia, dejar el tiempo pasar, estancarse en lo que hasta ahora se había vivido; ver como otros avanzan y construyen, ser solo espectadores, algunas veces indiferentes, otras veces críticos o habladores, que aplauden o señalan según el caso; pero no se involucran, no toman riendas, porque es más fácil hablar y simplemente conformarse con lo que ha de venir o llegar. 

Acomodarse al borde del camino, es como sentirse muerto estando vivos; preferir optar por lo fácil y concluido, en vez de construirlo por sí mismo; porque hay miedo de sufrir, caer o perder otra vez, por eso se cree que es mejor renunciar, dejar ir, ver pasar. 

Permanecer al borde del camino, le niega al corazón la oportunidad de sentir amor, construir una amistad; porque aunque siga latiendo, realmente no está viviendo; no se permite experimentar los sentimientos que surgen en cada momento.

Muchos están a la vera del camino y no se han dado cuenta de su realidad; creen que porque siguen vivos avanzan, y sin saberlo dejan todo pasar, oportunidades, experiencias, personas, aventuras, retos, sueños, y tantas cosas que la rutina y el sedentarismo les han sabido robar. Es el momento de continuar, retomar el sendero que nos hará construir nuestra propia historia y dejar huella en el interior de los demás; porque bien lo dice la canción: "caminante no hay camino, se hace camino al andar”