lunes, 1 de septiembre de 2008

DEL PECADO DE ENVIDIA


Dice el Apóstol: “Nadie puede decir: Señor Jesús, sino en el Espíritu Santo; y: -No hay quien haga el bien, no hay ni siquiera uno. Por consiguiente, todo el que envidia a su hermano por el bien que el Señor dice y hace en él, incurre en el pecado de blasfemia, porque envidia al mismo Altísimo, que dice y hace todo bien.”

Pero ¿qué es la envidia? Tristeza del bien ajeno o del cariño que otros disfrutan. Aparece en la lista de los Pecados Capitales y San Pablo la enumera en una de sus listas de pecados. “Las obras de la carne señala: LA ENVIDIA”

La envidia, fue causa del primer homicidio, sobre la tierra, sabiendo San Francisco como la envidia corre al espíritu y lo llena de tristeza, pues también le dedica su advertencia o aviso para alertar a los hermanos.

Como he venido diciendo, solo el santo, conoce el porque de la cita bíblica con que inicia su “advertencia” Yo supongo, que quiere llevarnos al autor de toda bondad y santidad de ahí “Nadie puede decir Jesús es el Señor sino el Espíritu Santo” La otra cita nos habla del mal que ha invadido al mundo: “No hay quien haga el bien ni uno solo”

Ya que San Francisco, no da la pauta, hemos de movernos teniendo a la vista estos dos conceptos. Como vemos, su catequesis acerca de la envidia es clara, concreta y sencilla, por lo tanto el que envidia a su hermano por el bien que el Señor dice o hace, incurre en el pecado de blasfemia; por que envidia al Altísimo que es quien hace y dice todo el bien

Y nos exhorta a que vayamos a San Mateo y nos impregnemos de las enseñanzas en la parábola de los trabajadores invitados a distinta hora a trabajar a la viña. “Si yo quiero darle -concluye- a éste que entró a trabajar al final lo mismo que te doy a ti, es porque tengo derecho de hacer lo que yo quiera con mi dinero o ¿es que te da envidia que yo sea bondadoso?” 

Podríamos cerrar aquí nuestro comentario, estando tan manifiesta la enseñanza; pero abundemos un poco más trayendo a colación lo que nos dicen los escritores de hoy en día en el libro de los Salmos encontramos este consejo: “No te acalores por los malvados, no ENVIDIES a los que hacen el mal, pues pronto se secan como el heno, como hierba seca que se marchita”

Casualmente en una revista que me llega de España y que trae un artículo acerca de la ENVIDIA leemos:”La envidia, es propia de los que no aman de verdad y se sitúan siempre en perspectiva de poder, ya porque mandan o desean imponerse; viven desde posturas excluyentes. No se concibe el amor desde el servicio desde la inducción, desde la comunión. Tampoco se aman así mismos ni se sienten agradecidos por lo que tiene (esto en todos los niveles). La sabiduría popular refleja en una frase coincida el “sin vivir del envidioso: “SE MUERE DE ENVIDIA”. 

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