sábado, 13 de septiembre de 2008

CARTA DE UNA MUJER PERFUMADA


Para escribir cartas de amor no es necesaria la cautela, ni el orden ni encontrar la perfecta esquela tan sólo encender la lámpara como se enciende el cuerpo del amor.

Untarse toda, perfumarse toda de mieles y sortilegios elegir la caligrafía más desvelada, la más humilde.

Entonces, se extiende se acaricia el empeine de sus plumajes y comienzan a recogerse las palabras como el deseo del amor.

Para escribir cartas de amor es necesario estar reposada elegir las palabras como si fueran banquetes clandestinos vestirse toda de rojo, color deseo, color relámpago y decir: en esta tarde arrodillada de luz yo te amo, te entrego un manojo de suaves palabras como la llave de mi alma.

Me ilumino toda al nombrarte nada se pierde con llamarte en el bosque fallido con escribirte como sonámbula como maga toda vestida de verde escribir más que una carta de amor basta con extender mi mano hacia la tuya, es esa la vigencia del perfume.

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