sábado, 13 de septiembre de 2008

EL DESTINO DE LOS HIJOS


Y una mujer que llevaba un niño contra su pecho le preguntó a un maestro: Háblanos de los hijos. Y el respondió.

Tus hijos no son tuyos hijos. Son los hijos y las hijas de los anhelos que la vida tiene de sí misma. Vienen a través de ustedes, mas no son de ustedes y aunque vivan con ustedes, no les pertenecen. 

Pueden darles su amor, mas no sus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos.

Pueden albergar sus cuerpos mas no sus almas. Porque sus almas moran en la casa del mañana, que ni aun en sueños les es dado visitar.

Pueden esforzarse por ser como ellos, mas no intenten hacerlos como ustedes. Porque la vida no marcha hacia atrás, ni se detiene en el ayer.

Ustedes son el arco por medio del cual vuestros hijos son disparados como flechas vivas.

El arquero ve el blanco sobre el camino del infinito, y los dobla con toda su fuerza a fin de que sus flechas vayan veloces y lejos.

Que el hecho pues de estar doblados en manos del arquero sea para vuestra dicha, por que así como Él ama la flecha que dispara, ama también el arco que permanece firme; por eso ustedes tuvieron la oportunidad de vivir su vida y la libertad de amar y hacer tu vida. 

Deja que tus hijos vuelen solos del nido cuando llegue la hora y no los reclames para que vuelvan, ellos te querrán por siempre y tendrán también su nido del cual algún día ellos solos quedaran, pero fue su nido y su vida, déjalos libres, ámalos con libertad, no apagues el fuego de su hogar, vive y deja vivir y ellos siempre te querrán.

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