Lo
que destruye al ser humano es: La Política sin principios, el Placer sin
compromiso, la Riqueza sin trabajo, la Sabiduría sin carácter , los Negocios
sin moral, la Ciencia sin humanidad y la Oración sin caridad.
La
vida me ha enseñado: que la gente es amable, si yo soy amable; que las personas
están tristes, si estoy triste; que todos me quieren, si yo los quiero; que
todos son malos, si yo los odio; que hay caras sonrientes, si les sonrío; que
hay caras amargas, si estoy amargado; que el mundo está feliz, si yo soy feliz;
que la gente es enojona, si yo soy enojón; que las personas son agradecidas, si
yo soy agradecido.
La
vida es como un espejo: Si sonrío, el espejo me devuelve la sonrisa. La actitud
que tome frente a la vida, es la misma que la vida tomará ante mí.