Mi tía tenía muchos problemas.
Había Estado ganando peso y perdiendo pelo.
No dormía, se mordía las uñas y
rechinaba los dientes.
Era irritable, gruñona y amargada.
Hasta que un día, de pronto, ella cambió.
La situación estaba igual, pero ella
era distinta.
"Vieja-dijo su marido- llevo tres
meses buscando trabajo y no he encontrado nada, voy a echarme unas cheves con
los amigos." -Ah! okey, contestaba mi tía.
-Ya encontrarás.
"Mamá, -dijo mi primo- troné todas
las materias en la facultad."
-Ah! okey. -Respondió mi tía. -Ya te
recuperarás y si no, pues repites el semestre.
Pero te lo pagas tú. "Mamá- dijo
mi prima- Choqué el carro." -Ah! okey. -Suspiró mi tía. -llévalo al
taller, busca como pagar y por lo pronto muévete en camión.
"Nuera- llegó diciendo su suegra,
que siempre la fustigaba, con veliz en mano, -vengo a pasar unos meses con
ustedes."
Ah, okey. -dijo mi tía. -Acomódese en
el sillón y agarre unas cobijas del clóset de blancos.
Todos se reunieron preocupados al ver
estas "no reacciones" de mi tía. Sospechaban que hubiera ido al
médico para que le recetara unas pastillas de Vale madrina de 1000 mg.
Y que seguramente también estaría
ingiriendo una sobredosis.
Por lo que propusieron hacer una
"intervención" a mi tía para alejarla de cualquier posible
adicción que tuviera hacia algún medicamento anti-encabritamiento.
Pero cuál fue su sorpresa, que cuando
se reunieron en torno a ella mi tía explicó: "Me tomó mucho tiempo darme
cuenta de que cada quien es responsable de su vida, me tomó años descubrir que
mi angustia, mi mortificación, mi depresión, mi coraje, mi insomnio y mi
estrés, no solo no resolvían sus problemas sino que agravaban los míos.
Yo no soy responsable de las acciones
de los demás, pero sí soy responsable de las reacciones que yo tenga ante
ellas.
Por lo tanto, llegué a la conclusión de
que mi deber para conmigo misma es mantener la calma y dejar que cada quien
resuelva lo que le corresponde. He tomado cursos de yoga, de meditación,
de Milagros, de Desarrollo Humano, de Higiene Mental y de Programación
Neurolingüística...y hay un común denominador, finalmente todos conducen al
mismo punto...ese es, que yo solo puedo tener injerencia sobre mi misma;
ustedes tienen todos los recursos necesarios para resolver su propia vida.
Yo solo podré darles mi consejo si
acaso me lo pidieran y de ustedes depende seguirlo o no.
Así que de hoy en adelante yo dejo de
ser el receptáculo de sus responsabilidades, el costal de sus culpas, la
lavandera de sus remordimientos, la abogada de sus faltas, la depositaria de
sus deberes, o su llanta de refacción para cumplir sus responsabilidades.
Los declaro a todos adultos
independientes y autosuficientes."
Todos se quedaron mudos.
Ese día la familia comenzó a funcionar
mejor...Porque cuando mamá está bien, todos en la casa saben lo que le toca
hacer a cada quien.
¡Envejecer es obligatorio, crecer es
opcional!..