Las mujeres
tienen la extraña capacidad de hacerle frente a las dificultades diarias con
amor y cuidado, mientras luchan por crear un mundo mejor para sus seres
queridos y protegerlos con ferocidad. Todas las mujeres son seres
realmente únicos.
Las mujeres
siempre han tenido valor... No tienen ningún miedo de proteger a sus hijos ante
cualquier adversidad y en el último siglo han sido valientes en la lucha por
sus derechos.
Las mujeres
tienen una energía sorprendente. Se enfrentan a desafíos y resuelven problemas
sin perder el amor y la alegría.
Las mujeres
siempre han sido las más fuertes del mundo. Los hombres siempre buscan en las
mujeres una pequeña almohada donde apoyar sus cabezas.
Las mujeres
pueden sonreír cuando deberían llorar, cantar cuando deberían llorar, reír
cuando deberían estar tensas y lloran cuando están felices.
Una mujer
es como una bolsita de té - no se puede decir lo fuerte que es hasta que la
sumergimos en agua caliente.
Cada vez
que las mujeres se reúnen sucede algo mágico y poderoso. Ya sea para hacer una
colcha o en una cocina para preparar una comida, para leer juntas un libro en
un club de lectura. Cuando las mujeres se unen con una intención colectiva
puede suceder magia.
Las mujeres
luchan por sus creencias y valores, luchan contra una antigua injusticia. No
van a aceptar un "no" cuando hay un mejor camino.
Las mujeres
son verdaderas sobrevivientes y tienen recursos que ellas mismas ni siquiera
conocen, hasta que llega el momento de recurrir a ellos.
Las mujeres
rechazan cosas para si mismas para que la familia no sufra y sacrificarían la
última gota de su sangre por sus hijos.
Dios dio a
las mujeres la intuición y la feminidad. Si se usa adecuadamente, la combinación
confunde fácilmente el cerebro de los hombres.
Las mujeres
sólo tienen un pequeño inconveniente, y es que no saben cómo apreciarse a sí
mismas.