Para recuperar la paz perdida, reconoce que tu mente es el motor con que generas tu angustia o el taller donde tramas tu gozo.
Aparta tu mente de la visión negativa de tu vida, para que la enfoques al horizonte de tu bienestar y sosiego interior.
Haz el recuento de todos los bienes espirituales de que puedes disfrutar y de los frutos de tu inteligencia y de tu voluntad, para que, rebosante de gratitud, se los agradezcas a Dios, con sentimientos de alegría y con la decisión
de ponerlos al servicio de tus hermanos.
"No estarás perdido en el desierto si encuentras fe en ti mismo para creer en el oasis".
Aparta tu mente de la visión negativa de tu vida, para que la enfoques al horizonte de tu bienestar y sosiego interior.
Haz el recuento de todos los bienes espirituales de que puedes disfrutar y de los frutos de tu inteligencia y de tu voluntad, para que, rebosante de gratitud, se los agradezcas a Dios, con sentimientos de alegría y con la decisión
de ponerlos al servicio de tus hermanos.
"No estarás perdido en el desierto si encuentras fe en ti mismo para creer en el oasis".
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