jueves, 28 de agosto de 2008

PARA RECUPERAR LA PAZ PERDIDA


Para recuperar la paz perdida, reconoce que tu mente es el motor con que generas tu angustia o el taller donde tramas tu gozo.
 
Aparta tu mente de la visión negativa de tu vida, para que la enfoques al horizonte de tu bienestar y sosiego interior.
 
Haz el recuento de todos los bienes espirituales de que puedes disfrutar y de los frutos de tu inteligencia y de tu voluntad, para que, rebosante de gratitud, se los agradezcas a Dios, con sentimientos de alegría y con la decisión
de ponerlos al servicio de tus hermanos.
 
"No estarás perdido en el desierto si encuentras fe en ti mismo para creer en el oasis".

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