sábado, 16 de agosto de 2008

APERTURA


Curemos las heridas de nuestros demás hermanos y nuestras propias heridas sanarán.

Extendamos la mano para ayudar a quien necesite nuestro auxilio y tendremos un asidero para sostenernos en el futuro.

Con lo poco que tengamos a nuestra disposición, alimentemos a los hambrientos y nuestra propia hambre desaparecerá.

Alentemos a todos los seres humanos que han perdido la esperanza, y ésta resurgirá en nosotros como un río de agua viva.

Hablemos a los hombres de las cosas buenas y agradables que tiene la vida
y nos parecerán menos angustiantes las tribulaciones que padecemos.

Todos nosotros estamos llamados a ser bendición, paz, reconciliación,
armonía, alegría y gozo para los hombres.

Todos tenemos la capacidad de amar. Lo que tenemos que hacer es dar el primer paso, el primer abrazo, la primera palabra, el primer gesto bondadoso
que haga las puertas abrirse.

ORACIÓN

Con tu ayuda daré el primer paso de acercamiento hacia mis hermanos los hombres.

Sólo por este día dejaré mis pesares y consolaré a quienes estén tristes y deprimidos.

Daré el amor que tengo en el corazón a la persona que más lo necesite.

Abriré mis manos para ayudar y bendecir. Mi dolor no se convertirá en un obstáculo para aliviar el dolor de los otros.

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