viernes, 11 de julio de 2008

NUNCA DEBERÍA


Cuando queremos conseguir cambios en nuestras vidas existen dos vías desde donde podemos plantearnos los cambios: Desde la elección o desde la imposición.

Cuando elegimos hacer algo desde la elección los cambios suelen realizarse con fluidez.

Sin embargo cuando nos imponemos un cambio desde los “Debería” nos encontramos luchando constantemente, terminando exhaustos y frustrados porque no hemos cumplido con nuestros objetivos.

Cuando intentas efectuar un cambio desde un “Debería”, estás intentando cambiar desde un punto de resistencia (“Debo” significa: “Tengo que hacerlo, pero no quiero”)

Por ejemplo podemos tener una lista con los siguiente objetivos: “Dejar de fumar”, “Ponerme a dieta”, “Ir al gimnasio”, “Comer sano”, “Tomar un curso de...”, “Gastar menos”, “Ahorrar más”, “Beber menos”, etc..., etc..., etc.

¿Te suenan algunos?

Sin embargo, a pesar de toda nuestra buena intención, después de un tiempo a veces corto más que largo, vemos que la mayoría de nuestros buenos propósitos no se han cumplido y además nos sentimos culpables y nos criticamos por no tener fuerza de voluntad, constancia, disciplina, etc...

¿Qué ocurre?

La mayoría de nosotros queremos realizar los cambios desde el “Debería”

Louise Hay en su libro: “Usted puede sanar su vida”, considera las palabras “Debería” como una de las más dañinas de nuestro vocabulario porque nos dice que estamos equivocados, que estamos haciendo algo mal y debemos de cambiar por: "Si verdaderamente quisiera, podría ponerme a dieta". Luego preguntarse: "¿y por qué no lo has hecho?...

A veces descubrimos que si no hacemos lo que queremos es porque tenemos miedo de no ser lo suficientemente capaces. Y en otros casos es que son "deberías" impuestos desde fuera y que realmente nunca hemos querido hacer.

Por ejemplo, ponernos a dieta: "Si verdaderamente quisiera, podría comer más sano". ¿Y porqué no lo has hecho?

"He fracasado tantas veces"….

Hemos descubierto que por debajo existe una creencia de que no somos capaces de conseguir nuestro objetivo. Una vez realizados estos ejercicios de exploración podemos comenzar a plantearnos los cambios desde otra perspectiva:

Desde el amor y la aceptación de uno mismo. Desde nuestro poder de elección. Desde el apoyo mediante mensajes de amor y nutrición "Yo elijo comer sano y hacer más ejercicio porque me quiero y amo mi cuerpo y cada célula que habita en él. Por eso, lo cuido y lo mimo. Soy capaz de conseguir cualquier objetivo que me propongo. Me amo y me respeto".

Si por el camino retrocedemos, continuamos con los mensajes amorosos y de estímulo hacia nosotros. Como se lo manifestaríamos a un niño cuando se cae. Lo animamos con palabras cariñosas y de estímulo para que continúe intentándolo.

No hay comentarios: