lunes, 21 de julio de 2008

LA PINTURA DEL SOLDADO


Un hombre muy rico y su hijo tenían una gran pasión por el arte. Tenían una gran colección de cuadros donde había: Picassos, Gauguines, Monets, Boticellis, Van Goghs, Rembrandts, y muchos más. Muy a menudo se sentaban juntos a disfrutar de un café y a admirar las grandes obras de arte de su colección.

Desgraciadamente el hijo se tuvo que ir a la guerra, fue muy valiente y murió en la batalla mientras rescataba a otro soldado herido. Su padre recibió la noticia y sufrió profundamente la muerte de su único hijo.

Meses más tarde, en plena Navidad alguien tocó a su puerta. Era un joven soldado que traía un paquete bajo el brazo y de inmediato le dijo al padre: "Señor, usted no me conoce, pero yo soy el soldado por quien su hijo perdió su vida. Él salvo muchas vidas ese día. Me estaba llevando a un lugar seguro cuando una bala atravesó su corazón muriendo instantáneamente. Él me hablaba muy a menudo de Usted y de su amor al arte"

El muchacho abrió el paquete, saco una tela y la extendió diciéndole: "Yo se que esto no es mucho, yo no soy un gran pintor, pero a su hijo le hubiera gustado tener esta pintura"

Él contemplo con profunda admiración el lienzo, y en el cuadro se veía con mucha naturalidad la personalidad de su hijo. Le agradeció al joven soldado y le ofreció pagarle por el cuadro, lo que el joven quisiera. El joven le respondió: "No señor, yo nunca podría pagarle lo que su hijo hizo por mí, esto es un regalo que le hago al padre del que me salvo la vida, entregando la suya"

El padre colgó el cuadro de su hijo encima de la chimenea, en medio de toda su colección. Cada vez que algún amigo iba a su casa, les mostraba el cuadro de su hijo antes de mostrarles las demás obras de arte. El hombre murió unos meses más tarde y se anunció una gran subasta con todas las pinturas de su colección. Mucha gente importante acudió a la subasta con la esperanza de hacerse con alguna pieza de la colección.

En la plataforma donde estaba el subastador estaba el retrato del hijo pintado por el joven soldado salvado. El subastador golpeó con su mazo y dio inicio la subasta.

Empezaremos el remate con este retrato del hijo de esta maravillosa colección. Quien ofrece por este retrato. Hubo un gran silencio, entonces se escucho una voz que gritó: "Queremos ver las pinturas famosas, olvídese de esa" El subastador repitió: "Alguien ofrece algo por esta pintura; ¿Mil dólares, dos mil?" Otra voz gritó: "No venimos por esa pintura, sino por las otras"

El subastador insistió: "¿Quien puede dar menos de los mil dólares por el cuadro del hijo? En eso se escuchó una voz dulce desde el fondo de la sala: "Yo doy todo lo que tengo en la bolsa y son solo cinco dólares" Era el jardinero que siempre había arreglado el jardín del señor y su hijo.

Al ver el subastador que nadie ofrecía más de los cinco dólares, dijo: "Solo hay una oferta de cinco dólares, ¿nadie ofrece más? a la una, a la dos y a la tres. Vendida en cinco dólares al señor que esta al fondo de la sala" Soltó su mazo y dijo de nuevo: "Lo siento mucho damas y caballeros, la subasta ha terminado"
Uno de los asistentes dijo: "¿Y las demás pinturas? ¿No se van a subastar? a lo que el subastador dijo: "Lo siento, cuando me llamaron para conducir esta subasta, se me explicó: que en el testamento del dueño de la colección, solo se subastaría el cuadro del hijo donde aparece como soldado, y el que lo comprara sin importar cual fuera la cantidad, se quedaría con todas las posesiones del padre, incluida la colección. Por eso ese señor que ofreció solo los cinco dólares se queda con todo"

Alguna vez escuchamos a un tal Mateo que dijo: "Busca primero su reino, y todo lo demás se te dará por añadidura".

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