Yo te llevo desde niño, muy adentro. Te he
encontrado en el pájaro y en la flor…
En la lluvia, en la tierra y en el silencio. Y en
mis sueños cada noche, estabas tú…
Desde entonces, quiero darte siempre gracias,
porque puedo darme cuenta de tu amor…
Beberé de tu cuerpo y de tu sangre, y por siempre
te daré mi corazón…
Como no creer en Dios, si me dado hijos y la vida…
Como no creer en Dios, si me ha dado la mujer
querida…
Como no creer en Dios, si lo siento en mi pecho a
cada instante…
En la risa de un niño por la calle, o en la tierna
caricia de mi madre…
Como no creer en Dios, si está en las viñas y en el
manso trigo…
Como no creer en Dios, si me dio la mano abierta de
un amigo…
Como no creer en Dios, si me ha dado la tristeza y
la alegría…
De saber que hay un mañana cada día, por la fe, por
la esperanza y el amor…
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