Cuanto más vivo, más vida tengo y menos vida.
Hay que vivir mucho, para poder decir algo.
Es poco una sola vida para aprender y para vivir.
Cuando entendí la vida, ya la había vivido.
Tememos a la muerte y no a la vida. Y la vida es
tanto más difícil que la muerte.
Calla y aprenderás de la vida. Pero, ¿Cómo aprender
a callar?
Al ampliar nuestro mundo ya vivido, lo vemos más
pequeño.
Por haber ya vivido, no nos podemos arrepentir de
lo ya aprendido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario