Que el camino salga a tu
encuentro.
Que el viento siempre esté
detrás de ti y la lluvia caiga suave sobre tus campos. Y hasta que nos volvamos
a encontrar, que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano.
Que vivas el tiempo que tú
quieras, y que siempre quieras vivir plenamente. Recuerda olvidar siempre las
cosas que te entristecieron, pero nunca olvides aquellas que te alegraron.
Que recuerdes siempre
olvidar a los amigos que te resultaron falsos pero nunca olvides a aquel los que
resultaron fieles. Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron pero
nunca olvides recordar las bendiciones de cada día.
Que el día más triste de tu
futuro no sea peor que el día más feliz de tu pasado. Que nunca caiga el techo encima
de ti y que los amigos reunidos debajo de él, nunca se vayan.
Que siempre tengas palabras
cálidas en un anochecer frío, una luna llena en una noche oscura y que el camino
siempre se abra a tu puerta.
Que vivas cien años con un
año extra, para arrepentirte.
Que el Señor te guarde en su
mano y no apriete mucho su puño.
Que tus vecinos te respeten,
los problemas te abandonen, los ángeles te protejan y el cielo te acoja.
Que la buena suerte te
persiga y que cada día y cada noche tengas muros contra el viento, un techo
para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para que los consuelen a ti y a
aquellos que te aman y que se colme tu corazón con todo lo que deseas.
Que Dios te bendiga y esté
contigo para que veas a los hijos de tus hijos.
Que el infortunio te sea
breve y te deje rico en bendiciones. Que no conozcas más que la felicidad.
Que desde este día en
adelante Dios te conceda muchos años de vida, de seguro que Él sabe que la
tierra no tiene suficientes ángeles.
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